Navidad Violeta desde Paris

Hola a todas mis queridas Ruedas Violetas,

Desde hace mucho quería contarles las nuevas aventuras de esta chica violeta en bicicleta.

Pero primero un mini resumen del año pasado: El año pasado, todo en sí y por completo, fue una locura. Después de mi cicloviaje por Europa, regresé a México muy feliz y llena de todas las experiencias que tuve, pero sin trabajo y con mis ahorros prácticamente inexistentes. Me dediqué a estudiar para mi certificación de francés, trabajé como mensajera de rappi e independiente, luego en Rauda bicimensajería, después abrí una librería en línea mientras trabajaba como maestra de inglés y francés en una escuela privada. Mientras tanto, apliqué para la maestría y me titulé como historiadora. Fui aceptada en la Sorbonne. En menos de dos meses hice lo que pude para preparar mi partida: dejé mi departamento, vendí mi bici trek «Urania» (cosa que me dolió en el alma), vendí lo más que pude de mi ropa y libros y con una maleta de 20k me mudé a Francia en septiembre.

Y de estos tres meses quiero platicarles sobre lo que nos une a todas: la bicicleta.

Trabajo y estudio en París pero vivo en la Normandía, a 80 km de distancia. Para llegar a la Sorbonne tengo que tomar un tren y luego el metro, haciendo un total de 3h al día de traslado. A las pocas semanas de llegar me di cuenta de que lo que más extrañaba era sentirme libre, moverme a mi antojo y explorar la ciudad, así que me decidí a comprar una segunda bici en Francia por 45e (aprox 1000 pesos).

Los días que voy a París, tomo el tren y viajo con mi bici para evitar usar el metro, poder viajar con la bici es una cosa increíble, pero que poca gente hace aquí. Por cada tren en el que viajan unas 300 personas aproximadamente no ves más de 5 bicis, y algunos «patines del diablo» que son populares en París para hacer traslados cortos. Recordemos que París, si bien es una ciudad importante, es una ciudad europea, lo que la hace mucho más pequeña en comparación con la ciudad de México. La mayoría de los trayectos no son mayores a 5km.

¿Y qué te encuentras rodando en París?

Trafico, mucho trafico. Sobre todo en las zonas más turísticas. Te encuentras algunas ciclovías que pocos respetan, taxis que son un 90% igual de agresivos que los taxis mexicanos. Incluso los autobuses son similares, si hay alguna pequeña posibilidad de que te gane, lo va a intentar. La guerra entre autos, bicis y peatones es clara, todos quieren ser el primero en pasar y el semáforo a veces puede estar de adorno.

Pero no me crean todo, la verdad es que el caos suele estar focalizado en ciertos puntos y , como en México, lo importante es tomar sus precauciones y disfrutar de las maravillosas vistas que te da la ciudad.

Y las vistas que te da la provincia también. Vivir en Normandía me da la oportunidad de acceder a otras partes de Francia, ahí si encuentras un montón de ciclovías hacia todos lados.

El único «inconveniente» tanto en la ciudad como en la provincia es el clima. Desde finales de octubre hasta marzo hace frío y llueve mucho, aunque en general son lluvias ligeras y constantes que te permiten seguir rodando, aunque los que me conocen saben lo mucho que detesto rodar bajo la lluvia. Y además, no hay muchas horas de luz, en esta época amanece a las 8 am y anochece a las 5pm.

Por otra parte, mi novio dice que en verano cuando amanece súper temprano y anochece a las 10 pm es genial poder rodar en la montaña hasta que el sol se oculta. ¡Y además no hace frío! Espero en unos meses poder hacer eso.

No niego que cada vez que salgo no puedo evitar pensar en el cicloviaje que hice hace un año y en los que estarán por venir.

Espero que esté pequeño relato les agrade y espero pronto compartirles más historias en bici.

¡Feliz Navidad Violeta!

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